Mi querido amigo/amiga .
Hay momentos en la vida en los que nos sentimos así: perdidos, invadidos por una tristeza interior cuya procedencia desconocemos. Es como si no estuviéramos escuchando nuestra alma enjaulada, como si algo en nuestro interior gritara en silencio . Y entonces nos preguntamos: ¿Qué es lo que no estoy haciendo que realmente anhelo hacer? ¿Por qué me siento tan desconectada de mí misma?
Esa falta de respuestas nos lleva a una falta de vitalidad, de entusiasmo, a una tristeza que parece no tener origen . Pero justo en esos momentos de incertidumbre es cuando empezamos a comprender que necesitamos un giro. Quizá no sepamos aún hacia dónde dirigirnos, pero si nos mantenemos en escucha —atentas a lo que nuestra alma nos susurra— surgirán las propuestas, las ideas, los cambios, tanto internos como externos, que verdaderamente deseamos y necesitamos .