Mi querido amigo/amiga .
Hay momentos en la vida que nos llevan al límite, situaciones que nos hacen luchar con todo lo que tenemos. Me encontré enfrentando las expectativas de los demás, luchando por cumplir con lo que el mundo esperaba de mí , pero al final entendí que no tenía otra opción. En medio de toda esa batalla, recogiendo valor y fuerzas de lugares que ni siquiera sabía que existían, me encontré con una versión nueva de mí misma. Y, para mi sorpresa, quizá me guste más . Es la versión a la que me ha conducido la experiencia, la que refleja todo lo que he aprendido.
Estos son los momentos en los que el alma pide un alto, pide reflexión. Son las pausas que me permiten encontrarme de nuevo, pero desde otro lugar. Me doy cuenta de que, aunque vulnerable, he salido más fuerte. La vulnerabilidad, esa que tanto evitamos, es la que me ha mostrado mi valentía , la capacidad de avanzar a pesar del miedo. ¿Cómo no valorar esa parte de mí que temía, pero que aun así avanzó?
Es como si estas experiencias me hubieran permitido reconstruirme. Ahora soy yo, pero con piezas nuevas, piezas que encajan mejor, que me anclan más firmemente a la tierra.
¿No es inspirador pensar en cómo esos pequeños fragmentos nuevos nos permiten entender mejor el camino que tenemos por delante? Al final, de eso se trata, de seguir adelante con lo nuevo que he recogido. ¿Qué piezas nuevas has descubierto en ti mismo últimamente?.
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