Mi querido amigo/amiga .
En los últimos años, he comenzado a desafiarme haciendo cosas que me incomodan, pero que al mismo tiempo me hacen crecer . ¿Por qué elegimos lo incómodo cuando podríamos optar por lo fácil por lo de siempre? Quizás porque lo incómodo tiene una recompensa oculta : la satisfacción de superarse y la liberación de descubrir nuevas facetas de uno mismo.
Es curioso cómo mi mente, tan cómoda en su zona de confort, trata de desanimarme. ¿Por qué nos resistimos tanto al cambio? Es como si una parte de mí quisiera seguir el camino de siempre, pero no, me niego. He aprendido a retar esa voz interna que busca la comodidad. ¿Quién tiene realmente el control, mi mente o yo? He decidido asumir el poder de mi propio viaje.
Con el tiempo, este reto de buscar lo incómodo se ha vuelto casi atrayente. ¿Por qué algo que antes temía ahora me motiva? Porque al enfrentarme a lo incómodo, me coloco en un escenario diferente, uno donde adquiero nuevas herramientas que hacen mi viaje más llevadero. Cada vez supero mejor los retos, porque ya no espero a que la incomodidad llegue; ahora soy yo quien la busca.
