Mi querido amigo/amiga .
La incertidumbre, cuando se apodera de mí, me deja poco más que tirada en la cuneta, esperando que algo suceda , aunque sé que no puedo controlarlo. En esos momentos, decido refrescar mi mente, para hacer la espera más llevadera , sabiendo que lo que venga lo afrontaré de la mejor manera posible, buscando disfrutar dentro de las posibilidades que me ofrezca el momento.
La incertidumbre, en el fondo, nos pone en nuestro lugar , nos recuerda que estamos en manos de un destino incierto. Pero ¿acaso no podemos tomar el timón con fuerza y seguridad, manteniéndonos a flote mientras disfrutamos del paisaje? Tal vez sea esa nuestra mayor prueba: aprender a vivir el ahora, incluso cuando el rumbo no esté claro. ¿No es, al final, esa la verdadera aventura? Dejarnos en paz y vivir el presente.
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