Mi querido amigo/amiga .
¿Cuántas veces he experimentado la ilusión y la alegría de refinarme a mí misma? En esos momentos íntimos, me gusta imaginarme como una versión más pulida, con un acabado más refinado .
No busco mejorarme por las apariencias , sino por mi realidad interior, deseando que este proceso me conduzca a una versión más ligera de mí misma.
Cuando me siento mejor, alcanzo una mayor claridad. Me vuelvo más comprensiva, tanto conmigo misma como con los demás . Este proceso de refinamiento, de pulido constante, también influye en los que me rodean, creando un efluvio donde todos se sienten mejor en nuestra presencia, incluso sin hacer nada.
Por eso, encuentro belleza en las cosas refinadas, como la plata y el oro que, bajo presión y calor, alcanzan un mayor grado de pureza . Ambos, bajo la luz, revelan un brillo que surge con más fuerza y suavidad, volviéndose más enigmáticos. Así quiero sentirme, así quiero ser.
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