Mi querido amigo/amiga .
Cuanto más intentamos distraernos del dolor, más se amplifica esa emoción. Es curioso cómo, al buscar escapar, la insatisfacción crece. Cuanto más nos enfocamos en el "hacer", menos espacio le damos al "ser" para desarrollarse y florecer .
¿Te resulta familiar esta sensación? Todos hemos sentido esa necesidad de alejarnos del malestar, pero... ¿realmente funciona?
Enfocar nuestra atención en lo que realmente somos, en nuestra esencia más profunda, es una tarea principal. Sabemos que adentrarnos en estos espacios puede generar una sensación de vértigo , una mezcla de miedo y asombro al descubrimos.
Sin embargo, surge una pregunta crucial: ¿nos damos realmente el espacio y el tiempo para hacerlo en nuestra vida cotidiana? ¿Nos atrevemos a intentarlo, a pesar del vértigo, o preferimos seguir adelante sin explorar esa profundidad que nos define?
www.raquelagelan.com