Mi querido amigo/amiga .
Cuando recibo los destellos del sol directamente sobre mi piel, y me tomo un momento para sentarme o tumbarme al aire libre, percibo de inmediato una sensación de bienestar. ¿Te has detenido a percibir cómo, en esos instantes, parece que nuestro cuerpo y alma entran en una especie de simbiosis?
Es como si algo en nuestro interior nos susurrara que necesitamos ese contacto para nutrirnos y sentirnos mejor.
Al hacerlo en silencio, ¿no te parece que es como si una corriente invisible de vitaminas y nutrientes nos revitalizara? Poco a poco, sube nuestra energía y tono vital, y aparece esa sonrisa interna, esa simpatía y bienestar que, tantas veces, anhelamos.
¿Acaso no se siente como el equilibrio perfecto que buscamos para recomponernos? Es en esos momentos cuando puedo escuchar, si presto atención, esa música interna, esa suave melodía agradable que todos llevamos dentro .