Mi querido amigo/amiga .
He aprendido que ni la crítica ni el elogio deberían tener el menor impacto sobre nosotros. Ambos son la cara de la misma moneda y pueden desestabilizarnos de igual manera . Tanto una como la otra son visiones personales de quien las expresa y, lo que es más interesante, nunca sabemos la verdadera intención que hay detrás de ellas.
La intención es poderosa. Quien se pronuncia sobre nosotros tiene su propio espejo delante . En muchas ocasiones, podemos ser un reflejo de sus propias percepciones, tanto en la crítica como en el elogio.
Me pregunto, ¿cómo podemos mantener nuestra estabilidad emocional ante las opiniones de los demás? ¿Es posible vivir sin ser influenciados por las valoraciones externas?.
Personalmente, trato de recordar que la opinión ajena es ajena en algunas ocasiones a mí persona, y también comprendo que mi propia opinión sobre los demás estará siempre sesgada por una gran falta de información y por mi propia ignorancia .