Publicado: 29-10-2024
Publicado por: Raquel Agelán Rodríguez
Etiquetas: emociones
Mi querido amigo/amiga .
¿Cuántas veces me he comprometido a cosas que ya no disfruto? Sigo diciendo que sí, aunque en realidad quiero decir que no. Estos compromisos se acumulan y me generan una sensación de insatisfacción que parece no tener fin.
Pero ¿qué pasa si digo “no” con tacto? A veces me sorprendo al ver que no pasa nada . Se pueden hacer cambios, llegar a acuerdos y recordar que no soy imprescindible.
Al tomar estas decisiones más conectada a lo que realmente deseo hacer, me siento más ligera y libre. No tengo que convertir un compromiso en una obligación que ya no me llena. ¿Qué tal si empiezo a decir lo que realmente siento?
Quizá cambiar lo clásico por propuestas innovadoras o, sencillamente, decir: ”Este año no voy, ¡pasadlo bien!”
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