Mi querido amigo/amiga .
Aceptar la imperfección es un camino liberador. Al hacerlo, dejamos de sentirnos culpables porque entendemos que, en nuestro andar hacia una supuesta perfección, existen muchas cosas imperfectas . Así somos, y esa aceptación disuelve la culpa.
Es en ese momento cuando siento misericordia por mí misma, y desde ahí puedo entregarme a hacer las cosas mejor. Reencontrarme con mis errores y, al mismo tiempo, despertar y reconocer que puedo mejorar . Ambas cosas es bueno que coexistan sin fricción.
En este ir y venir, en este suave vaivén de la vida, el verdadero camino es comprender quién soy. Aceptar que me voy a equivocar y que la realidad para un ser humano es imperfecta. Sin embargo, hagamos lo posible para amar ese trayecto lleno de baches y contratiempos , porque cada obstáculo trae consigo un aprendizaje, tanto para mí como para los demás.
Lo que me toca, lo que nos toca, es relajarnos, observar las situaciones desde otra perspectiva, a veces lo más elegante puede ser batirnos en retirada y recordar que no somos infalibles , ni poseemos la verdad absoluta.