Mi querido amigo /amiga :
¿Te has dado cuenta de que, en más de una ocasión, percibimos la verdad enseguida? Es como si, en el fondo, la supiéramos de manera instantánea . Sin embargo, a veces preferimos no mirarla de frente. Nos colocamos un parche para no reconocerla y la escondemos en ese baúl oscuro del que no queremos hablar, aunque sepamos que la otra persona no está acertada con nosotros o con la situación .
¿Por qué lo hacemos? Tal vez sea por evitar un conflicto, por miedo, por inseguridad, o simplemente por el peso del "qué dirán".
Pero lo curioso es que, tarde o temprano, terminamos diciendo: "¡Lo sabía!". Porque, en el fondo, ya lo sabíamos desde el principio reconocíamos la verdad.