Mi querido amigo/amiga .
Siempre he comparado de forma simpática mi proceso espiritual, o incluso el proceso de la vida, con el acto de pelar una cebolla . Esa sensación de ir retirando capas, una a una, se parece mucho a desprenderse del ego con distintas máscaras, para llegar al núcleo, a la esencia misma .
Cada capa que suelto o cada máscara me acerca más a lo realmente soy , a lo que he venido a ser en plenitud y verdad. En este camino en ocasiones tan incierto, muchas veces me encuentro con muchas dudas, con la propia dualidad que me confunde y me distrae de la verdad . Sin embargo, esas mismas preguntas abiertas son las que me guían y hacen de brújula.
¿Qué soy realmente? ¿En qué me quiero convertir? Y, quizá lo más importante, ¿cómo voy a lograrlo? ¿Cómo me voy a impulsar?
Me detengo, me aquieto en estas preguntas. Las contemplo. Las dejo resonar, confiando en que, tarde o temprano, las respuestas caerán.
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