Mi querido amigo/amiga .
Soy consciente de que equivocarme es inevitable; ocurrirá en distintas ocasiones. Pero si en algún momento he causado daño o malestar y tengo la posibilidad de repararlo, mi intención será hacerlo.
Sin embargo, en muchas situaciones, el malestar que alguien experimenta no es necesariamente producto de un error o de una acción malintencionada de mi parte . A menudo, actuamos en base a nuestras creencias y principios, y es responsabilidad de la otra persona decidir cómo interpretar o recibir nuestras acciones o palabras.
No siempre que alguien se sienta incómodo implica que debemos reparar algo. Si actuamos desde un lugar de integridad, guiados por nuestros valores y con la intención de expresarnos con respeto , la incomodidad que pueda sentir el otro no siempre será nuestra responsabilidad. En estos casos, hay poco que reparar, ya que no hemos actuado desde la intención de herir o perjudicar.
www.raquelagelan.com