Mi querido amigo/amiga .
Cualquier relación en la que me embarco siempre me supone un reto —ya sea con amigos, conocidos o cada miembro de la familia o pareja— si lo miramos bien es un desafío mutuo: el otro me lanza un reto, y yo, a su vez, le lanzo uno. ¿Cómo puedo encontrar la mejor y más satisfactoria manera de abordarlo? Este es el núcleo del vínculo: cada relación me invita a un reto personal.
Algunas relaciones, hay que admitir que son especialmente complejas. No siempre resulta fácil lidiar con el entorno más cercano. Sin embargo, lo esencial para mí es que, en ese viaje, pueda descubrir mi propio punto de equilibrio y paz. A veces, este proceso me lleva a tomar distancia, porque sé que solo desde la perspectiva adecuada puedo mirar con mayor objetividad qué hacer.
¿Qué busco al final? Que ambos, en esa relación, podamos encontrarnos bien. Al resolver este reto, no solo crezco como persona, sino que también construyo vínculos más sanos y auténticos, aunque en algunas ocasiones lo mejor que puedo hacer es dejar ir.
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