En un pequeño pueblo rodeado de colinas y bosques vivía un niño llamado Mateo. Lo que hacía a Mateo especial era que tenía una estrella en el lugar donde su corazón latía . No era una estrella común y corriente, sino una que podía crear millones de burbujas de jabón llenas de estrellas brillantes cuando se sentía descansado y en paz; es entonces cuando se inundaba de emociones positivas y brotaba de él los mejores pensamientos y sentimientos hacia el mismo y hacia los demás.
Cada vez que Mateo se despertaba sintiéndose alegre y repleto de energía, su corazón estelar empezaba a brillar , y las burbujas de jabón con estrellas salían volando de su pecho. Estas burbujas flotaban en el aire con destellos mágicos, y todos en el pueblo se alegraban al verlas, reían a carcajadas. Generamos entusiasmo en las familias y cierta alegría contagiosa. Las estrellas en las burbujas bailaban alegremente mientras ondulaban hacia el cielo .
Un día, Mateo conoció a una niña llamada Luna, que también tenía algo especial, era distinta. Podía sentir las emociones de las personas y ayudarte a encontrar la calma con su mirada y con sus manos. Luna y Mateo se hicieron amigos al instante y descubrieron que cuando estaban juntos, las burbujas de Mateo se volvieron más grandes y brillantes, resplandecían con luz propia .
Sin embargo, como todos los niños, Mateo también tuvo días difíciles y con más retos. Cuando se sentía cansado, enfadado o triste, su estrella perdía su brillo y las burbujas no salían de su corazón; se quedaban atascadas. En lugar de eso, su estrella parpadeaba débilmente, como si necesitara recuperar su fuerza. En esos momentos Luna, le enseñó a Mateo a respirar profundamente y a recordar momentos felices para que su estrella se iluminara de nuevo.
Pero un día, algo sucedió que probó la fortaleza de la estrella en el corazón de Mateo. Después de un desacuerdo con su mejor amigo Lucas, Mateo se sintió tan enfadado y herido que su estrella comenzó a temblar intensamente. En lugar de burbujas de jabón, salieron volando burbujas negras llenas de tormentas y rayos, salpicando a los demás. Todos en el pueblo salieron corriendo a refugiarse en sus casas.
Luna, al ver a su amigo en apuros, sintió compasión, se acercó a él, y le tomándole la mano. Juntos cerraron los ojos y respiraron profundamente , recordando todos los momentos felices que habían compartido. Poco a poco, la estrella en el corazón de Mateo comenzó a brillar nuevamente, y las burbujas oscuras se transformaron en burbujas mágicas repletas de estrellas relucientes.
A partir de ese día, Mateo aprendió a entender sus emociones, comenzó a abrazarlas y a encontrar formas saludables de expresar lo que sentía. Con la ayuda de Luna, comprendió que cuando se sentía enfadado, triste o lleno de rabia, tenía el poder de transformar esas emociones en algo hermoso y positivo, y sobre todo de tranquilizarse.
Y así, Mateo y su estrella continuarán llenando el pueblo con burbujas de jabón llenas de estrellas, recordándoles a todos que incluso en los momentos más difíciles o tristes, podemos compartirlos con los demás, y que siempre hay un espacio en nuestro interior para el perdón. la luz y la belleza .
¿Crees que todos tenemos una estrella en nuestro interior?
